Texto completo de Fernando Vidal para el semanario Alfa y Omega, a propósito de una entrevista realizada el 7 de mayo de 2013 por el periodista Juan Luis Vázquez.
"El ciclón anticlerical no es sólo autoproducido por la izquierda sino que a veces es avivado por la imprudencia de algunos sectores católicos que no respetan suficientemente el pluralismo político que enseña el Magisterio de la Iglesia"
1. ¿Por qué la izquierda saca del armario de vez en cuando el fantasma del anticlericalismo?
El ciclón del anticlericalismo es una trampa estéril en el que la cultura política y la cultura religiosa española siguen cayendo. Es un problema de insuficiente pluralismo democrático y un problema de ausencia de canales institucionales de diálogo. La izquierda lo usa como palanca para reforzar su identidad. La imprudencia pastoral puede provocar su crecimiento si la izquierda percibe que se usa a la Iglesia para servir a intereses partidarios.
Te cuento estas dos ideas con algo más de detalle:
a. El anticlericalismo es un ciclón perverso de la cultura política española en el que se entrampan estérilmente algunos sectores. Es un ciclón cuya inercia procede de la gran división del 36 y la posterior dictadura. Esa división del 36 se originó por el paradigma marxista de extirpación de la religión de toda la sociedad y también por el excesivo alineamiento entre poderosos sectores del catolicismo y los intereses de la derecha política. Esa gran división creó un campo identitario de gran poder magnético: creó las más radicales y sectarias identidades de toda la historia de España. Los sectores intermedios no han sido capaces de crear un campo simbólico de tanto magnetismo y fueron y son barridas. Pero lo que predomina es esa vía centrada: sólo hay un 9% de laicistas en España, aunque parezcan ser la mitad del país. Así que una primera respuesta a la pregunta es que la izquierda pone el anticlericalismo al frente de su agenda cuando necesita reforzar y singularizar su identidad pública.
b. Pero hay una segunda respuesta. El ciclón anticlerical no es sólo autoproducido por la izquierda sino que a veces es avivado por la imprudencia de algunos sectores católicos que no respetan suficientemente el pluralismo político que enseña el Magisterio de la Iglesia. Este renovado ciclo de anticlericalismo que padece España –que incluye hasta oficinas de apostasía alojadas en una Administración municipal- ha sido en parte provocado por una percepción de que se ha usado a la Iglesia al servicio de intereses partidarios. Lo cierto es que este anticlericalismo es una excepción en la cultura política de la izquierda en el mundo. Lo cierto es que el electorado de izquierdas se parece bastante al conjunto de la Iglesia católica: tiene un similar porcentaje de católicos y de práctica religiosa. El problema es que no existen suficientes canales institucionales –ni siquiera informales- para el diálogo entre el ámbito religioso y los ámbitos políticos de izquierda. Sí existen con la derecha política.
2. ¿Cómo se puede superar el anticlericalismo de la izquierda?
Se necesitan cinco medidas.
- En primer lugar, a corto plazo, que la Iglesia mantenga una pastoral de la vida pública en la que sea públicamente perceptible su ecuanimidad y su pluralismo.
- En segundo lugar, a medio plazo, la comunidad eclesial necesita más y mejores canales con los que dialogar no sólo con dirigentes sino con la tradición de izquierdas. Si la izquierda es tan proclive a usar el anticlericalismo es porque no existe un tejido institucional intermedio con la comunidad católica que permita deliberar y filtrar esas derivas.
- En tercer lugar, a largo plazo, es necesario un cambio cualitativo en la cultura política de la izquierda española para que sea más plural y asuma una laicidad inclusiva que permita la participación real de toda la gente.
- Finalmente, a corto plazo, es necesario construir símbolos y un discurso público que den cuerpo a aquellos católicos que legítimamente encauzan su participación pública en la tradición de izquierdas sin renunciar a su eclesialidad ni al desarrollo humano integral que expuso Benedicto XVI.
- Finalmente, creo que hace falta visibilizar públicamente que cristianos de todas las tradiciones políticas somos capaces de servir juntos a la sociedad –cada uno desde sus métodos legítimos- y reconocer que hay algo que trasciende las ideologías, nuestras propias posiciones y las diferencias: el discernimiento político desde la mirada de Jesús de Nazaret. Sería bueno promover foros de pastoral política auténticamente plurales. Hasta ahora no han existido.
- En segundo lugar, a medio plazo, la comunidad eclesial necesita más y mejores canales con los que dialogar no sólo con dirigentes sino con la tradición de izquierdas. Si la izquierda es tan proclive a usar el anticlericalismo es porque no existe un tejido institucional intermedio con la comunidad católica que permita deliberar y filtrar esas derivas.
- En tercer lugar, a largo plazo, es necesario un cambio cualitativo en la cultura política de la izquierda española para que sea más plural y asuma una laicidad inclusiva que permita la participación real de toda la gente.
- Finalmente, a corto plazo, es necesario construir símbolos y un discurso público que den cuerpo a aquellos católicos que legítimamente encauzan su participación pública en la tradición de izquierdas sin renunciar a su eclesialidad ni al desarrollo humano integral que expuso Benedicto XVI.
- Finalmente, creo que hace falta visibilizar públicamente que cristianos de todas las tradiciones políticas somos capaces de servir juntos a la sociedad –cada uno desde sus métodos legítimos- y reconocer que hay algo que trasciende las ideologías, nuestras propias posiciones y las diferencias: el discernimiento político desde la mirada de Jesús de Nazaret. Sería bueno promover foros de pastoral política auténticamente plurales. Hasta ahora no han existido.
3. ¿Qué se puede esperar de la izquierda ahora: hacia dónde van sus propuestas ideológicas?
Se debe esperar mucho de la izquierda pues es una gran tradición política con una responsabilidad. En realidad, las ideologías políticas demócratas son los cables que tiran de la bóveda pública y las necesitamos todas. Cada una hace su énfasis: el conservadurismo enfatiza la sostenibilidad y la continuidad de la tradición y el liberalismo acentúa la autonomía y el emprendimiento. La izquierda es el tensor de la equidad. Estos tres y otros son necesarios para la vida pública. Unas veces hay que tensar desde un principio y otras veces desde otro para que la sociedad se mantenga avanzando sin caer.
Las propuestas más prometedoras que especialmente cultiva la izquierda siguen partiendo de los principios de equidad. Pero parece que la izquierda sufre un dilema. Hay una izquierda socialdemócrata que pone el acento en la primacía del Estado y su extensión como metodología de construcción política. La equidad es: todos iguales ante el Estado. Hay otra izquierda comunitarista que le da primacía al empoderamiento de las personas y la construcción de una sociedad civil. Es una sociedad civil en la que toda la ciudadanía cuente equitativamente con cauces de expresión y emprendimiento. Su equidad es: todos igual de únicos. Sinceramente, creo que el estatalismo es una vía que entraña mayores problemas de los que soluciona. En cuanto a la vía comunitarista, la izquierda tiene algunos retos que asumir especialmente para poder hacer un uso integral de las metodologías de la democracia participativa: la familia como pilar de la sociedad civil, la necesaria coherencia moral entre vida personal y vida pública, el valor absoluto de la dignidad humana, la crucialidad de la interioridad y la apertura a la trascendencia.
4. ¿Cree que se pueden repetir los episodios anticlericales de los años 30?
No creo pero no debemos poner el objetivo en una estrategia de defensa frente a hipotéticas hostilidades. El foco de la Iglesia en la sociedad española debe centrarse en servir. ¿Está la Iglesia preparada para hacer un servicio que facilite el diálogo en el seno de la sociedad española entre partidos, territorios o del conjunto de la sociedad con los pobres? Si pone el foco en el servir, entonces no debe temer. La Iglesia en España no está llamada a servir a su propia defensa sino a servir a la paz. Y entonces las hostilidades ya no serán fruto de la imprudencia sino camino para un servicio mayor a la paz. La Iglesia española necesita liderazgos espirituales que transformen los miedos en confianza, servicio y luz.
5. ¿Existe un anticlericalismo “de derechas”?
No creo que exista anticlericalismo de derechas. Lo que sí existe a veces en algunos sectores de derecha es una comprensión muy ideologizada de lo religioso. Eso, aunque a corto plazo parezca que favorece intereses de la Iglesia, a medio plazo es un pesado perjuicio. Los últimos años hemos asistido a cómo importantes líderes de medios de comunicación vinculados a la Iglesia han usado el nombre de la Iglesia tanto cuanto ésta servía a sus intereses ideológicos.
Esa ideologización es una tentación creciente y hay que estar evangélicamente atentos. También la izquierda, como la derecha, ha usado a veces lo cristiano identificando burdamente lo evangélico con el socialismo y tratando de politizar el propio interior de la Iglesia entre progresismo y conservadurismo. La laicidad inclusiva requiere la prudencia de la autonomía y pluralidad de ámbitos; la compasión por la dignidad de toda la vida y la valentía de la libertad de espíritu. Pluralidad, Compasión y Libertad parecen vacunas contra la politización de la Iglesia y contra las intenciones de usar la Iglesia para fines espúreos. Ya nos lo dijo Benedicto XVI en Santiago de Compostela cuando se quejaba de quienes querían usar a Dios para fines que son suyos, no de Dios.
Lo importante en política es si somos auténticamente religiosos, espirituales. Tenemos que hacer del discernimiento espiritual un modo de vida pública. ¿Es esto que decimos o proponemos auténticamente religioso, espiritual, evangélico? Si cristianos de una u otra tradición ideológica, ponemos sobre todo nuestra mirada en discernir espiritual y eclesialmente, entonces ahí es donde todo se convierte en servicio a la paz. En España sobra anticlericalismo y falta el papel mediador, pacificador y profético de la Iglesia. En España no sólo no sobra Iglesia sino que falta más Iglesia.