Artículo de Antonio Miguel Carmona en Diario Progresista
"Tuve ayer el honor de presentar al Grupo Regional de Cristianos Socialistas. Nunca entenderé, comencé diciendo, la distancia que nos separa a los socialistas de aquellos que confiesan ser cristianos o de otra creencia religiosa o pensamiento diferenciado.
La verdad según Zubiri expresa una realidad que es previa al ser y muestra o define lo que es. La existencia de las cosas es anterior a nuestra existencia, en sustancia, y revela una verdad que puede calificarse en toda su extensión.
Un discípulo de Zubiri, a quien tuve el honor de conocer en una conferencia en mis tiempos complutenses, Ignacio Ellacuría sostenía la necesidad de no esperar a la vida después de la vida, sino transformar una realidad que no nos gusta por injusta, frívola y descarnada.
Así comienza una de las bases más sostenibles de la Teología de la Liberación. No esperar, siquiera la trascendencia, para cambiar las injusticias, las desigualdades y los abusos. La Iglesia como compromiso con una realidad anterior (Zubiri) que hay que transformar (Ellacuría).
Sería injusto si al menos no citase algunos de los pasos de la jerarquía en los intentos de transformación social, la defensa de los derechos y el ideal de cambio. Demasiado acostumbrado a Rouco y sus errores civiles, le damos la espalda a una Iglesia distinta, comprometida con la realidad, conocedora de la verdad en la tierra y aliada de todos los movimientos de la izquierda que así pueden verla.
Repasando "Mater et magistra" de Angelo Roncalli, descubro de nuevo una Iglesia, distante de la actual Conferencia española, defensora de los trabajadores, de su sindicación, de la denuncia de los abusos, de la explotación y de los salarios de miseria.
Y en esa tradición se enmarca el esfuerzo de Juan Carlos González, coordinador del Grupo Regional de Cristianos Socialistas del Partido Socialista de Madrid. A quienes saludo y presento, con respeto, tolerancia y admiración".