Intervención en acto presentación de Cristianos Socialistas en PSOE San Blas
Me llamo Angela. Nací en un pueblo de León en una familia de labradores profundamente católicos.
A mis padres trabajar la tierra no les dejaba demasiado tiempo para pensar. Sus preocupaciones eran las heladas, las lluvias, las enfermedades de los ganados y todo lo que tuviera relación con el campo.
La preocupación de mi madre era poner guapas a sus cuatro hijas para ir todos juntos a la Iglesia los Domingos.
Mi mayor preocupación durante mi infancia y juventud era recorrer los cinco kilómetros (20 km en total) que separaban mi casa del Instituto y más tarde de la Escuela de Magisterio.
En aquellos tiempos no había autobús ni teníamos coche, por lo que la bicicleta era mi mejor tesoro y mi adorado tormento. Se estropeaba con facilidad. Muchas tardes (en los duros inviernos de León) me las pasé corriendo y llorando por aquellas carreteras en mal estado y sin iluminar.
En mi pueblo había dos escuelas: una de niños y otra de niñas. Por entonces ya pensaba yo que estando juntos los niños y las niñas se desarrollan mucho mejor así que al terminar Magisterio alquilé una casa y comencé mi andadura como maestra. Por desgracia no duró mucho. Al quedarse las escuelas unitarias sin niños: el maestro y la maestra me llamaron la atención. Quizá mi manera de actuar les parecía demasiado "progre". En carnaval disfrazaba a mis chavales y chavalas saltándome las reglas de prohibición. Tuve que dejar la casa-escuela y me vine a la Gran Ciudad .
Llegué a Madrid en pleno C. Vaticano II (1962-65). Juan XXIII convoca el Concilio que es clausurado por Pablo VI tras la muerte del papa anterior. Supone un cambio importante para la Iglesia Católica: libertad religiosa, unidad de los cristianos, iglesia y mundo moderno....Y aquí comienza mi despertar a una nueva realidad:
Profesora en el Colegio Nuestra Señora de las Nieves.
Catequista en mi Parroquia (Canillejas)
Formadora de grupos juveniles
Maestra en poblados marginales en una época en la que la emigración y el analfabetismo se hacía patente en la periferia de Madrid.
Participé en las duras huelgas de la Enseñanza cuando estaban prohibidas a principios de los años setenta. Entonces conocí el Movimiento Sindical.
Como Delegada de los Trabajadores primero y más tarde como Presidenta del Comité de Empresa, me afilié a la UGT. Allí conocí la importancia de estar unidos para defender los derechos de la clase trabajadora con la gran ayuda de mi amiga Luchi y del compañero Salva ya fallecido (DEP).
Por los años setenta cuando la Dictadura estaba en su recta final, un compañero del colegio me habla del Congreso de Suresnes (Francia). Mira: en España hay dos grandes Federaciones Socialistas - vascos y andaluces-. Un poderoso Nicolás Redondo apoyado por Enrique Mújica y dos jóvenes abogados andaluces. Alfonso Guerra es el que maneja el cotarro y Felipe González próximo al cristianismo progresista, con menos experiencia es el que pone la cara. No sé si esto es cierto o no. Lo que si tuvimos fue un nuevo Secretario General del Partido Socialista que nos llevaría al poder en el año 1982 y que transformó nuestra realidad como ciudadanos del Mundo.
De la mano de buenos compañeros (Sagrario y Chicho) me afilié al Partido Socialista. Con ellos y con muchos más he vivido mis mejores años de militancia. Mención especial para el colectivo “Socialistas por el Debate” que durante muchos años y en la actualidad supone para mí una verdadera formación continua.
...Y ahora mi reflexión de por qué soy cristiana y socialista:
Como habéis podido observar vengo de una realidad en la que no tenía ni experiencia obrera, ni política, ni sindical. Sí experiencia religiosa.
Soy cristiana porque tengo FÉ. Por mi fuerza interior. Porque creo en Jesucristo. Porque defiendo la justicia social, creo en la igualdad, estoy a favor de los derechos humanos y el SOCIALISMO me da la oportunidad de llevar a la práctica todo lo que yo defiendo como cristiana.
Ser Cristiana y Socialista para mi es un estilo de vida. Practico y predico la libertad de conciencia, la igualdad de trato y la libertad religiosa.
De Luís Gómez Llorente aprendí a ser tolerante. A defender la enseñanza pública sin atacar a la escuela concertada bien gestionada (Complementariedad de las dos escuelas). A defender la separación entre Iglesia y Estado ( El Estado tiene que ser laico para ser respetuoso) pero...decía:
No hay forma de ser buen ciudadano sin conocer el Hecho Religioso.
De Jesucristo apredí a luchar por las desigualdades para que no haya tanto sufrimiento y ahora que nos están quitando derechos y libertades yo sigo trabajando por " Una verdadera transformación social" por construir una sociedad sin diferencias en la que cada uno rece a quien quiera...pero en la intimidad de su hogar.
Angelines Casado
Maestra, cristiana y socialista
